Es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida que afecta principalmente las articulaciones, aunque puede comprometer otros órganos de nuestro cuerpo, y que si no es tratada a tiempo produce destrucción articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida.

Si bien puede producir discapacidad. tratada a tiempo y realizando controles periódicos, la calidad y expectativa de vida pueden no alterarse, y se puede realizar las actividades personales, familiares, sociales y laborales sin mayores dificultades.

SÍNTOMAS

Los síntomas se van instalando de a poco. Si bien al comienzo compromete principalmente manos y pies, otras articulaciones como rodillas, tobillos, codos pueden afectarse.

La rigidez por la mañana, el dolor y la hinchazón articular dominan el cuadro; algunos presentan además debilidad generalizada, fatiga y con menor frecuencia fiebre. Pueden pasar 2 o 3 horas hasta lograr movilizarse con más soltura. A veces necesitan ayuda de otra persona o de un objeto para incorporarse. A medida que transcurren las horas los síntomas suelen disminuir permitiendo el movimiento, pero retornan nuevamente tras el reposo prolongado. El cuadro es persistente y progresivo.

CAUSAS

No se sabe al momento cual es la causa de ésta enfermedad, pero se sabe que existe participación del sistema inmune. En nuestro cuerpo este sistema es el encargado de protegernos frente a lo desconocido y/o agresivo, por ello reacciona ante infecciones, traumas, órganos trasplantados entre otros. En los pacientes con Artritis Reumatoidea este sistema está alterado y deja de reconocer nuestros tejidos; en consecuencia, produce una respuesta inflamatoria defensora contra algunos de nuestros tejidos y por ello aparece el dolor, la hinchazón y la rigidez en las articulaciones. No existe un tratamiento que evite su aparición. Sin embargo, estudios recientes han encontrado que el cigarrillo y la inflamación de las encías podrían en ciertas personas despertar esta enfermedad por lo que se aconseja evitar el tabaco y realizar una correcta higiene bucal

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico se realiza a través del examen clínico del reumatólogo que debe confirmar la presencia de artritis con la ayuda de estudios de sangre y de radiología y/o ecografía. Por ello es importante la consulta inmediata al reumatólogo ante la presencia de dolor, rigidez y/o hinchazón articular para que la enfermedad sea enfrentada a tiempo

TRATAMIENTO

Todos los pacientes deben recibir por parte del reumatólogo los medicamentos específicos para controlar la enfermedad. No existe un tratamiento que la cure, pero si un tratamiento que elimina las molestias porque frena el avance de la enfermedad y evita la aparición de deformaciones y de discapacidad.

Una vez que la enfermedad es controlada con el tratamiento suelen sucederse períodos de calma, aunque pueden existir exacerbaciones. Por ser una enfermedad crónica necesita control y tratamiento por largo tiempo, lográndose mejores resultados cuanto antes se inician y cuando son constantes.

El tratamiento consiste en:

  1. Descanso de las articulaciones: 8 a 10 horas nocturnas y media a 1 hora al mediodía
  2. Kinesiología: ejercicios para mantener el movimiento y la fuerza
  3. Tratamiento sintomático que no modifica la enfermedad, pero disminuye el dolor y la inflamación: antinflamatorios y corticoides en bajas dosis. Su efecto es inmediato.
  4. Tratamiento específico o modificador de la enfermedad: son medicamentos que frenan la inflamación y en consecuencia la destrucción articular por lo que deben tomarse cuanto antes y no deben suspenderse ya que la enfermedad avanza. Estos medicamentos solo pueden ser indicados por el médico reumatólogo que es quien conoce el balance adecuado entre riesgo y beneficio.

Además, es conveniente con respecto a la alimentación:

Consumir lácteos (leche, yogur, queso firme) 3 veces al día para aportar calcio a la osteoporosis asociada.

Combatir la obesidad porque sobrecarga las articulaciones: evitar carbohidratos simples como azúcar, miel, mermeladas, golosinas y las grasas.

 Realizar actividad física: natación, bicicleta, caminata.

 Evitar ejercicios que carguen peso e impacten en las articulaciones como levantar pesas, salto etc.

Los masajes ayudan a la relajación muscular. Si existe hinchazón articular debe disminuirse la actividad física porque puede producirse un daño mayor.

Se desaconseja el reposo prolongado ya que conduce a atrofia muscular que empeora la situación. Para evitarla deben realizarse ejercicios para mantener la fuerza: tensionar los músculos durante 20 segundos, 10 repeticiones al día.

El baño caliente por la mañana disminuye la rigidez muscular, el calor seco como el del secador de pelo relaja.

El frío en las articulaciones disminuye la inflamación.

Higiene bucal mínimo 2 veces al día con pasta con flúor. Usar hilo dental.

No fumar

Consumo moderado de alcohol porque puede empeorar los efectos secundarios de los medicamentos.

Usar un calzado adecuado de empeine alto y punta ancha que tome el talón, así se evita el roce de las articulaciones.No deben ser sintéticos, ni de plástico.

Existen elementos que protegen las articulaciones como las férulas, el collar cervical, las plantillas entre otras, que ayudan a disminuir el dolor, la inflamación, y mejoran la función.

 

Colaboración :

Dr. Javier Rosa
Reumatólogo
M.N. 90907
M.P. 225530

Fuente : 
info@reumaquiensos.org.ar / http://www.reumaquiensos.org.ar

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